Aída Trujillo

diciembre 16, 2012

Publicaciones en el periódico El Nacional, Rodrigo José Escobar, cuando un amigo se va

15 Diciembre 2012, 9:43 AM

De su madre para él...

De su madre para él…

Suspendido en el aire

Rodrigo Escobar

Rodrigo Escobar

Vivencias cotidianas de allí y aquí

Escrito por: Aída Trujillo Ricart (https://aidatrujillo.wordpress.com/)

 

Rodrigo José Escobar, cuando un amigo se va

 

lagrimasEscribo, con lágrimas en los ojos, esta columna para rendir homenaje a la memoria del que fue un gran amigo para muchos. No era lo que el mundo considera “famoso”; muchos de ustedes no habrán tenido la suerte de conocerle.

Era un alma pura, amorosa y altruista. Ni siquiera era un conocido millonario aunque sí lo era en amor, amigos y en arte. Tuve la ocasión de ver alguno de sus cuadros que, al contemplarlos, me dejaron boquiabierta, tal era su belleza y esplendor.resplandor

Este joven, Rodrigo Escobar, oriundo de El Salvador, era íntimo amigo de mi hija Haydée, que fue quien me lo presentó. Su amistad era grandiosa y imagesdesinteresada.

Rodrigo con mi hija Haydée

Rodrigo con mi hija Haydée

Desde entonces, me cautivó su límpida, transparente y simpática persona. Era pintor y manejaba todo tipo de técnicas: óleo, acuarela, acrílico, tinta, serigrafía, sobre canvas y lienzos. Residía en Santo Domingo.

bailandoCuando venía a visitarnos, algo que hacía a menudo, muchas veces se ponía a bailar y a cantar Flamenco conmigo. Nunca olvidaré esa imagen tan deliciosa: la de su cara escuchando hasta “Cante Jondo”, con interés.

Gracia Montes

Gracia Montes

Incluso llegó a anotar el nombre de Gracia Montes, una gran “cantaora” de coplas españolas antiguas. Quedé impresionada aquel día pues, a la gente joven, no suele interesarle ese tipo de música.

Rodrigo y su madre, Vilma

Rodrigo y su madre, Vilma

Su muro de Facebook, y el de su madre, Vilma Herrera, la gran “Dama del Golf”, están repletos de palabras alentadoras cuando él aún luchaba, con un humor sorprendente, contra el cáncer que terminó arrancándole la vida. Y ahora, tras su partida, mucho más.

golfHe aquí un fragmento de su presentación en esa conocida red de contactos:

en blanco y negro“Admiro a las personas que siempre estan luchando por un ideal o metas que en su vida hayan trazado pos sí mismas. Soy una persona sencilla, camellador, con ganas de salir adelante con mis propios esfuerzos.Lo que nunca diré si es, si estaré o no, estaré ausente, callado o solo, tal vez inconsciente a mi estado, abandonado y quizas más de mí habrá, en mi corazón, maquinando pociones para mi camino, esperando ser amado o amar al que espera. (…) No sé si diré quien soy pero estoy ahí, como el mismo de siempre, contemplando y ausente, humilde y quizás me verá sonriéndole a tiempo. Me verá ahí sentado, esperando ser algo mejor que hoy. No sé si algo pasará pero seré siempre el mismo, lleno de amor y lleno de vida culminada por ángeles que me guian en mi vida, esperando ese momento.Te diré un poco de mí en un segundo, te diré como soy si me permites tratarte. (…) Te diré, mi vida es como el mar y el amor, como la playa de amplia. A veces se fragmenta en pequeñas cosas que me cuesta sentir (…), pero sigo en amor quieto y a veces callado.”

Rodrigo tenía 34 años de edad, cuando nos ha dejado, el pasado día 10. Era un ser noble y nunca guardó rencor a nadie. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Tenía, además, esa chispeante locura que todo artista posee y era valiente y constante.

Sé que ahora está en el Cielo. Pido a Dios, con amor, que dé fuerzas a su madre, Vilma.con su madre

http://elblogderodrigoescobar.blogspot.com/2012/11/cuando-mi-mano-te-busca-entre-la.html?spref=fb

 

Rodri con Giselle y mi hijo Nicolás

Rodri con Giselle y mi hijo Nicolás

Hasta con los más jóvenes, como Giselle Sánchez y aún más jóvenes, como mi hijo Nicolás, sabía divertirse y hacerles sonreír.

 

Nunca te olvidaré, Rodri, con tu amor filial, cuando más lo necesitaba, endulzaste un poco mi vida.

Nunca te olvidaré, Rodri, con tu amor filial, cuando más lo necesitaba, endulzaste un poco mi vida.

 

Blog de WordPress.com.